Donde Nace la Esperanza: Libros que Abren Caminos
Una entrega de libros en la escuela de Vila Khasa se convirtió en una experiencia profundamente emotiva, resaltando el valor de la lectura, el esfuerzo docente y la esperanza que crece incluso en condiciones difíciles.
3/26/20252 min leer
Libros que llegan a pie: Una entrega con el corazón en Vila Khasa
En el marco del programa “Libros para todos” de la Fundación Kreskanta, vivimos una jornada profundamente significativa en la comunidad de Vila Khasa, municipio de Torotoro. No fue solo la entrega de un lote de libros y un pequeño mueble a la escuela del lugar: fue un acto de fe en la educación, en la lectura y en el poder que tienen para transformar vidas, aún en los rincones más olvidados.
Hasta esa pequeña escuela no llega el transporte ni las comodidades. Para llegar, hay que caminar. Y lo hicimos acompañados por comunarios generosos y niños sonrientes que, con manos pequeñas pero decididas, cargaban libros y ayudaban con el mueble. Aunque el trayecto no era extenso, la geografía lo hacía desafiante. Ese mismo camino lo recorren a diario los niños para llegar a su escuela, un esfuerzo silencioso que merece todo nuestro respeto.
Al llegar, nos encontramos con un aula modesta, húmeda, con goteras, pero llena de vida. Allí, la profesora Iveth Sandra, incansable, con escasos recursos pero con una entrega admirable, siembra día tras día el conocimiento. Lo hace con creatividad, con cariño y con un vínculo muy especial con sus estudiantes. Esa conexión, visible y profunda, es prueba de que la educación verdadera nace del corazón.
Nos recibieron con calidez infinita: una limonada fresca, una sopa de fideo cocinada a leña y, sobre todo, con el alma abierta. Los niños nos mostraron su mundo: cantos en quechua, poemas llenos de emoción, manualidades hechas con material reciclado y hasta un ingenioso tablero de ajedrez fabricado con papel. Con cada muestra, nos recordaron que el deseo de aprender es más fuerte que cualquier carencia.
Fue una experiencia conmovedora. Nos dolió ver las condiciones materiales, pero nos reconfortó el espíritu que habita esa escuela. En cada niño hay una chispa encendida, una esperanza que crece. En cada docente comprometido, una llama que no se apaga. En cada comunidad que acompaña, un gesto de amor por el futuro.
Agradecemos profundamente a la Dirección Distrital de Educación de Torotoro por su apoyo y gestión; a Filimón, comunario y guía, por tender puentes con los padres de familia que nos esperaron en el camino y nos ayudaron a completar esta entrega a pie.
Este viaje nos recordó que los libros no solo enseñan a leer: abren mundos, despiertan sueños, y siembran futuro. Por eso, reafirmamos nuestro compromiso con cada niño que, en los rincones más apartados, sueña con un mundo mejor.
Seguiremos llevando libros donde más se necesitan. Porque donde haya un niño esperando una historia, allí también nace una oportunidad.











